Rotundamente no. No tener una mayor predisposición genética no es una garantía de no sufrir lesiones. Estos estudios genéticos deportivos se realizan en parte con base en datos estadísticos obtenidos de una muestra de personas suficientemente amplia, en los que se observan las diferencias genéticas entre personas que tienen una determinada patología y las que no. El tipo de conclusión a la que se llega normalmente es que las personas que tienen una alteración genética tienen una mayor predisposición a padecer una determinada patología, aunque esto no quiere decir que el 100% de las personas con esa alteración vayan a tener dicha patología. Igualmente, tampoco significa que el 100% de las personas que no poseen esa alteración no puedan padecer la patología.