La nutrigenética es el futuro de la nutrición. Imagine un mundo en el que su dieta se adapte por completo a su ADN. Una dieta que no sólo le ayude a perder peso, sino que también mejore su forma física, refuerce su salud y le prometa una vida más larga y llena de vitalidad. Bienvenido al mundo de la nutrigenética.
Las estadísticas son esclarecedoras. Por ejemplo:
- Alrededor del 45% del potencial de pérdida de peso viene dictado por la genética (1)
- El 10% de los atletas sufren efectos adversos en su rendimiento debido a la cafeína (2).
- Entre el 5% y el 65% de las personas sufren intolerancia a la lactosa (3).
Estas estadísticas ponen de manifiesto un grave problema: la mayoría de las directrices nutricionales, como las CDR o los VRN, los planes dietéticos y los productos alimenticios de consumo habitual son de “talla única” y no tienen en cuenta nuestra composición genética única. Conocer nuestros genes y personalizar nuestras dietas puede suponer el gran avance que muchos de nosotros necesitamos para sentirnos y rendir al máximo.
“La relación entre nuestros genes y lo que comemos es cada vez más clara, lo que permite realizar intervenciones nutricionales personalizadas que pueden optimizar la ingesta nutricional diaria y conseguir mejores niveles de rendimiento físico y cognitivo”. – Profesor Vimal Karani, catedrático de Nutrigenética y Nutrigenómica Universidad de Reading
Pero, ¿qué es la nutrigenética y por qué debería importarle? Este artículo profundiza en el rápido desarrollo de esta ciencia y en cómo allana el camino hacia la nutrición personalizada, permitiéndole alcanzar hitos de salud y forma física sin precedentes.
1. Fundamentos de la nutrigenética y la nutrición personalizada
La nutrigenética es la ciencia que tiende un puente entre los alimentos que consumes y tu composición genética distintiva. Las variaciones genéticas, conocidas como SNP, determinan la respuesta nutricional del organismo e influyen en factores cruciales del estilo de vida, como la función física, el rendimiento cognitivo y el bienestar general.
Reconocer estas diferencias genéticas puede informar sobre qué alimentos consumir más y cuáles limitar para lograr una dieta personal optimizada.
2. La nutrigenética y sus necesidades de macronutrientes
Los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas son componentes vitales de su dieta. Pero dependiendo de su composición genética, puede metabolizar estos macronutrientes de forma diferente. Por ejemplo, puedes estar genéticamente predispuesto a metabolizar eficazmente las grasas, lo que hace que una dieta rica en grasas esenciales como el Omega-3 sea beneficiosa para ti (4). Por el contrario, podría beneficiarse de una mayor ingesta de proteínas para ayudar a desarrollar músculo magro y mejorar la silueta.
Por ejemplo, el gen APOA2 influye en la forma en que el organismo procesa las grasas saturadas y en la velocidad a la que se aumenta de peso cuando se siguen dietas ricas en grasas saturadas (5). Otros genes, como el FTO, el ADRB2 y el PPARG, también desempeñan un papel importante en el modo en que el cuerpo procesa los macronutrientes.
3. Nutrigenética y sus necesidades de micronutrientes
Los genes no sólo influyen en los macronutrientes, sino también en los micronutrientes. Las vitaminas y los minerales desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de su salud. La nutrigenética ayuda a determinar si usted está genéticamente predispuesto a sufrir carencias o dificultades para metabolizar estos nutrientes. Por ejemplo, las variaciones en el gen VDR pueden hacer que necesite más vitamina D que la mayoría (7), mientras que los cambios en el gen MTHFR pueden reducir su capacidad para utilizar el folato (vitamina B9) (8).
Hay muchas otras variaciones genéticas que influyen en muchos otros micronutrientes esenciales, como BC01, TCN2 y GPX1, que influyen en las necesidades de vitamina A, vitamina B12 y selenio, respectivamente.
4. Nutrigenética y sensibilidades alimentarias
Muchas personas son portadoras de genes que las hacen sensibles o intolerantes a ciertos alimentos, lo que puede dificultar la absorción de nutrientes y afectar significativamente al bienestar si no se aborda.
el bienestar si no se abordan. Por ejemplo, el gen LCT codifica (proporciona las instrucciones) para crear la enzima digestiva lactasa (9). Sin lactasa, el cuerpo no puede digerir la lactosa, que suele encontrarse en productos lácteos como la leche y el yogur. Cuando no se puede digerir la lactosa y se consumen estos productos, se experimentan molestos efectos secundarios como hinchazón, gases y calambres estomacales.
La enfermedad celíaca (EC) y la sensibilidad asociada al gluten es otro campo en el que la nutrigenética desempeña un papel decisivo. Para algunos, el consumo de gluten provoca una serie de síntomas desagradables, mientras que otros no se ven afectados. Casi todos los individuos con EC poseen una de las dos variantes del gen del antígeno leucocitario humano (HLA): HLA-DQ2 o HLA-DQ82 (10).
5. El papel de la nutrigenética en el control del peso
Un aspecto clave de la nutrigenética consiste en identificar las variaciones genéticas que predisponen a ganar peso en determinadas condiciones dietéticas o de estilo de vida.
condiciones dietéticas o de estilo de vida. Por ejemplo, usted puede tener un perfil genético que le haga más propenso a almacenar grasa cuando consume grandes cantidades de carbohidratos (11). Otras personas pueden prosperar con una dieta rica en proteínas que les ayude a conservar la masa muscular magra durante la pérdida de peso.
Uno de los genes más estudiados en relación con la obesidad y el metabolismo de las grasas es el gen FTO (12). Existe tal cantidad de datos al respecto que incluso se ha ganado el poco halagador apodo de gen “gordo”. Las variaciones de este gen muestran correlaciones con la regulación del apetito, el gasto energético, el almacenamiento de grasa y el aumento de peso. Comprender esto puede ayudarle a elegir el equilibrio adecuado de macronutrientes para controlar su peso.
6. Nutrigenética y rendimiento deportivo
Para los atletas, la nutrición desempeña un papel fundamental en la mejora del rendimiento, la resistencia y la recuperación. Y cuando se superan constantemente los límites del rendimiento humano, encontrar ese 1% extra es importante. Como señala la Dra. Sharon Moalem, genetista: “Tus genes pueden guiar tu dieta para mejorar el rendimiento atlético”. Así de sencillo.
Como atleta, la nutrigenética puede aportarle información fundamental para optimizar su dieta junto con su rutina de entrenamiento. Por ejemplo, el viejo debate sobre cuál es la mejor fuente de combustible para los deportistas -grasas o carbohidratos- puede resolverse con información procedente de genes como el PPARG. Las variaciones de este gen, relacionado con el metabolismo de las grasas, proporcionan información sobre la eficacia con la que se descomponen las grasas para obtener energía (13). Los atletas con determinadas variantes pueden rendir mejor con una dieta rica en grasas, sobre todo en pruebas de resistencia.
La nutrigenética proporciona información sobre otros nutrientes importantes para el rendimiento deportivo, como el VO2 máximo, las proteínas, la vitamina B12, la vitamina D y la cafeína.
7. Nutrigenética y enfermedades
Varios marcadores genéticos pueden indicar un riesgo elevado de padecer determinadas enfermedades. Si conoce estos marcadores, podrá tomar medidas proactivas en su dieta para favorecer un envejecimiento saludable y la longevidad.
Por ejemplo, el gen APOE, que interviene en la enfermedad de Alzheimer y en el metabolismo del colesterol (14). Si tiene determinadas variantes de este gen, su organismo puede procesar el colesterol y las grasas saturadas de la dieta de forma diferente. Para alguien como usted, una dieta rica en grasas podría aumentar el riesgo de colesterol alto y posterior enfermedad cardiaca más de lo que lo haría para otros. Además, si tiene variaciones en el gen TCF7L2, podría tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 (15). Estar informado sobre este tema le permitirá controlar y ajustar su consumo de azúcar, mejorando su salud a largo plazo.
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